Acompañar el desarrollo personal

Nos convoca la urgencia de escuchar, nos apremia el deseo de abrazar al otro, entonces la magia está asegurada.

Para eso nos damos cita en un consultorio donde hacemos Counseling. Para reconocer que habrá una siembra dolorosa y trabajosa, que hará florecer en tierra nueva el desarrollo de todos aquellos que se animen.

Porque yo lo sé: Hubo noches que irritaron tus retinas, hombros que se agobiaron, trabajos prácticos espinosos, soluciones posibles imaginadas, lágrimas detenidas en la garganta y otras dibujando cataratas en el alma…

Asististe al descubrimiento de lo que aún no habías explorado, a resurrecciones de páginas olvidadas de tu pasado y como no moriste en el intento, te hiciste más bravo, más audaz, más aquello que la semilla original estaba preparada para ser: tu mejor Yo.

Y recién ahí te diste cuenta de que podías, y la práctica descolló sobre la teoría que estudiaste. Y esto no habilita el final del crecimiento sino recién el génesis: Sigo escalando laderas, para que vos también te animes conmigo. Y en esa subida tuya no te apuro ni te detengo. Te permito elegir tus propios pasos. Te ayudo a levantarte cuando derrotes la rodilla contra peñascos imprevistos.

Pero para hacer lo que hagamos, debemos recordar que sólo a partir de nuestro florecimiento interno, podremos ayudar a regar raíces ajenas.

Me recuerdo a mí misma y a vos, estas premisas que nos pueden acompañar en la filosofía calurosa del Counseling (expresiones recogidas después de leer a muchísima gente interesante):

Saludemos siempre. Hay quienes no saludan, porque es una forma de ejercer violencia. Pidamos las cosas “por favor”, y digamos “gracias”. No lo olvidemos, sobre todo, cuando lo hagamos con mamá y papá: nunca se sabe cuánto tiempo más se tiene. Hagamos como los pueblos indígenas, que cuando necesitaban tomar decisiones, consultaban con el consejo de ancianos: los abuelos, aunque creamos que están fuera de moda, tienen la sabiduría y la experiencia necesaria para sabérselas todas. Escuchémoslos y nos caeremos muchas veces menos.

 

 

Recordemos que lo que importa no es lo que tenemos en nuestras vidas, sino a quiénes tenemos. No se es valioso por la cantidad de dinero acumulado sino por la cantidad de amigos que nos recuerdan y nos necesitan. Si hay algo que justificará nuestra existencia, será el tipo de  relaciones que establezcamos con los demás: Que no se nos vaya el tiempo en cosas que no valgan la pena. Nadie vino a este mundo a encerrarse en un lugar seguro, a buscar aprobación de los demás. Miremos atrás, sólo para cerrar asuntos pendientes. Es el único modo en el que el pasado puede pasar y darle la bienvenida a lo nuevo. Que podamos decir, con respeto, lo largamente callado. Hacernos cargo de los errores y pedir disculpas. Reconocer lo recibido y dar las gracias. Saber que no es bueno compararse con los demás en nada. Porque siempre habrá alguien mejor y alguien peor: que lo que sí podemos lograr es ser cada vez mejores que nosotros mismos.

Que no podemos obligar a nadie a que nos ame. Lo que sí podemos hacer es dejarnos amar. Y pensar que donde trabajamos puede haber gente que nos quiere muchísimo, y a lo mejor no supo cómo demostrarlo, al igual que ocurre en nuestras familias.

Que controlemos nuestras actitudes, o nuestras actitudes nos controlarán a nosotros.

Que a veces no basta perdonar a los demás. A veces hay que perdonarse a sí mismo. Que de lo que estudiemos, leamos, conozcamos y mejoremos, va a depender nuestro futuro. Porque la felicidad o el éxito no es una cuestión de suerte sino un producto de las decisiones tomadas. Por eso hagamos todo lo que emprendamos con todas las ganas posibles: recordemos que nada grande se logra sin pasión. Y que los grandes sueños necesitan de grandes alas para realizarse pero también de un buen tren de aterrizaje en la realidad.

Y que si en este trayecto de vida encontramos un buen amigo lo cuidemos como a un tesoro y nunca lo defraudemos, porque lleva años construir confianza, y sólo minutos destruirla.

En el camino, podremos sentir que nos empujan al vacío. Será hora de tomar fuerte el timón, aunque sintamos que bajamos en picada. Muchos de nosotros muchas veces nos hemos derrumbado y hasta estrellado. Pero la vida nos demuestra que no servimos caídos. Que hemos nacido para retomar una y otra vez el vuelo.

Consultoría y acompañamiento personal

Consultoría Psicológica online, Coaching Ontológico Profesional, Cuentoterapia, el poder de las palabras.

Tarot evolutivo terapéutico

Lectura de Arcanos según Jodorowsky como herramienta complementaria para descubrir inquietudes, fortalezas y debilidades en la búsqueda de la transformación personal.

Capacitación y transformación personal

Cursos, talleres y eventos que alientan a la transformación personal a partir de ideas, conceptos, tips y ejercicios concretos para cambiar nuestra forma de percibir el mundo y la forma en que nos comunicamos.
Scroll al inicio
Scroll to Top