Si hay algo que realmente puede mantenerte firme sobre tus pies y mirar al presente con mariposas en las venas es hacer algo que ames, que te apasione, que te dé gusto hacer.
Steve Jobs, co-fundador de Apple, cuando tuvo el primer aviso de su cáncer de páncreas dio un discurso en la Universidad de Stanford, en el que entre tantas verdades dijo: “En ocasiones, la vida te golpea con un ladrillo en la cabeza. No pierdan la fe. Estoy convencido de que lo único que me permitió seguir (…) fue que yo amaba lo que hacía. Tienen que encontrar eso que aman. Y eso es tan válido para su trabajo como para sus amores. Su trabajo va a llenar gran parte de sus vidas (…) y la única forma de hacer un gran trabajo es amando lo que hacen. Si todavía no lo han encontrado, sigan buscando. No se detengan. Al igual que con los asuntos del corazón, sabrán cuando lo encuentren. (Citado por Tamara Herraiz, en la editorial de Psicología+ número 37).
A veces no vislumbramos eso que nos apasiona porque las tinieblas cotidianas abruman los ojos y los pasos. A veces las urgencias les ponen barreras a las ganas y postergamos los placeres. Los miedos, brujos escondidos en la piel, no nos permiten saltar a ese océano de posibilidades en el que podríamos bracear a gusto.
Pero hoy te traigo esperanzas. Sólo si vos querés, si te lo permitís, si querés cambiar los engranajes oxidados, si tu horizonte tiene complicidad con tus sueños, si te gusta que el viento cante a tu favor, si preferís ser protagonista y no espectador de tus descubrimientos. pasiones mal juzgadas.

Hoy me silencio para que retumben en mí tus voces largamente apagadas, tus ilusiones postergadas, tus caminos errados, tus pasiones mal juzgadas.En una atmósfera cálida y confidencial puedo darte mi mano y mi hombro. O podés buscar cualquier otro espacio donde creas que puedan hacerlo sin juicios previos ni posteriores a lo que digas. Donde sólo arrojen luz allí donde las sombras se te superponen y no te dejan ver claros tus propios mejores perfiles.
Esta es la mejor noticia: Mientras pueda darte esperanza, la podés multiplicar a otros. Mientras estemos vivos, no habrá otro oficio mejor.
Hay quienes piensan que no tienen nada especial que les encante hacer. Y es porque a veces eso que les gusta, una vez, con su vocecita cálida se los dijo al oído pero pensaron que no era válido, que no estaba bien visto, que no era productivo o no generaba recursos para vivir. Ocurre que si a alguien no le fue bien en eso, no quiere decir que a mí tampoco. Porque si el otro no le puso la cuota de pasión que hacía falta, es lógico que el pastel no levante…
Dale, preguntate qué harías en una próxima vida y hacelo ahora. Preguntate qué harías si pudieras y podé. Vislumbralo, sentílo, olelo, gustalo y tejelo. Ya te veo haciéndolo.
Prof. Clor. María Susana Huber